mayo 29, 2006

SEMANA DEL 28-05 AL 04-06 DE 2006

Escriben esta semana:
Leonida Adriano Gasoni (Hombre de la Esquina Rosada)
Federico Pérgola (Un relato de Una apuesta en el bajo Belgrano)
Jaime Richart (Polemizando con Vargas Llosas)
Y los habituales de siempre, además de estar presentes, aquellos que prometen escribir y los que faltan a la cita. A todos los recordamos y los apreciamos de todas formas.


DE LOS MISTERIOS DE LA LECTURA

Seguimos con nuestro tema. Las personas que no leen –nos dice María Dubourg- tienen una visión más limitada del mundo ya que sólo podrán acceder a lo que ven y a lo que oyen, pero no a ese campo ilimitado que la lectura nos ofrece. Las que leen (en cambio) pueden recibir conocimientos, vivencias, informaciones, elaboradas por otras personas, de zonas lejanas o cercana, con las que posiblemente nunca tendrán contacto físico.
Hay diferentes corrientes (nos sigue diciendo) en cuanto a la muerte o a la supervivencia de la lectura. Por una parte están quienes sostienen que la imagen ha llegado a sustituir al libro y que un niño no vacilará en elegir un programa de televisión en lugar de leer. Para otros, sin embargo, tal vez la lectura, con el formato que hoy tiene, deje de existir, pero seguramente no desaparecerá.
Los romanos pensaban que los papiros enrollados serían –por siempre- los libros de su tiempo. Pocos nos damos cuenta que los libros que tanto cuidamos fueron precisamente los objetos que los que los sustituyeron. Y no creo que muchos de nosotros conozca esos papiros, olorosos de aceite y pimienta, que fueron un "gran tesoro" en la antiguedad.
Tal vez (dice Dubourg) Internet y la computadora también tomen el lugar de ellos, pero no por eso la lectura desaparecerá.
Confesamos que nos intrigó este tema. Por lo tanto investigamos algo y ponemos al alcance de ustedes el resultado de la pesquisa.

LOS LIBROS SIGUEN PERDIENDO,
EN LA ARGENTINA, SU LUGAR COMO
PARTE DE LOS CONSUMOS CULTURALES

Los datos investigados, que pertenecen al último mes del 2005, indican que más de la mitad de la población (52%) no leyó un libro en el último año. Además sólo el 34,6 % concurrió al cine, el 42% ve cine por televisión, el 85% escucha radio, el 33,5% tiene una PC y navega por Internet una porción de ese porcentaje, el 10% va al teatro, el 93,6 % escucha música y sólo el 28% asiste de vez en cuando a una biblioteca.
Si el 93,6 de los argentinos afirma que escucha música, el 52 % afirma no haber leído ni un solo libro durante el último año, y entre los que dicen haber cultiva el habito de la lectura dicen que su promedio estuvo en libro cada tres meses. (Datos publicados oportunamente por la Secretaría de Medios de Comunicación) Agregamos otros datos: El libro que se declaró ser el más leído fue La Biblia y aquella encuesta indicaba que los argentinos carecen de escritores emblemáticos con ocurría antes.
Del 28 % de los entrevistados que afirma concurrir a bibliotecas, el 85% va "a consultar cierto y determinado material" o bien a "fotocopiar textos".
Por lo tanto podemos apreciar que la radio y la televisión se han convertido en importantes fuentes de cultura. La inmediatez de la noticia, la imagen, la voz, el movimiento, seduce al usuario y de alguna manera le abren las puertas del mundo. Pero en cuanto al aprendizaje y fijación del lenguaje escrito –como dicen los especialistas-, la lectura conserva una función importantísima. Cada material escrito que llega a nuestras manos, por más malo que sea, tiene algo de positivo y deja una enseñanza. Se aprende una palabra nueva, se ubica algo del universo que nos rodea, y por lo menos se nos permite juzgar desde otra perspectiva la diferencia que existe entre lo verdadero y las apariencias.
Leer, como ya dijimos es descifrar y comprender, se aprende por habito e imitación, especialmente de modelos que nos rodearon en nuestra niñez. (JB).

DE QUIENES NOS ESCRIBEN

El guapo o "el cuchillero" forman parte de la obra de Borges casi como una intrigante paradoja. En el duelo los hombres enfrentan su destino a cara o cruz. Si bien para Borges la personalidad es algo ficticia y el hombre siempre ignora su verdadero ser, en sus relatos se produce a veces una revelación y el individuo se enfrenta a su destino en un momento decisivo de su vida. En ese sentido Hombre de la esquina Rosada es un trabajo esencial, que por el valor de la pluma que encara esta otra visión del relato, es un honor tener en nuestras páginas. La visión especular de Gasoni es precisa, en este momento, donde la ficción borgeana se entronca cada vez más con los oscuros designios de la realidad que nos rodea.

ACERCA DE HOMBRE DE LA ESQUINA ROSADA
(Especial para Letras desde Caballito por Leonidas Adriano Gasoni*)


En el epílogo de sus obras completas editadas en 1974, Borges recurre a la descripción de su persona como si se tratara de un tercero y dice de ese Borges: "Pensaba que el valor es una de las pocas virtudes de que son capaces los hombres, pero su culto lo llevó, como a tantos otros, a la veneración atolondrada de los hombres del hampa. Así, el más leído de sus cuentos en Hombre de la Esquina Rosada, cuyo narrador es un asesino."
El personaje dominante de ese cuento es un bravucón imponente, que sostiene su fama buscando peleas a cuchillo con otros malevos de los barrios del Buenos Aires del 900.
Esa búsqueda lo lleva al encuentro postrero. Allí es sorprendido y muerto en forma indigna de su fama, por un segundón cualquiera, que oculta su cobarde autoría.
Borges califica de "veneración atolondrada" al supuesto valor que se reconoce a las actitudes de provocación, desafío y enfrentamiento cuando sólo son instrumentos para alcanzar fama y poder.
Pero además de la crítica a su persona, Borges extiende su censura a "tantos otros".
"Tantos otros" conforman una multitud que perdura y se acrecienta con el transcurso del tiempo, entregada al apoyo y seguimiento de nuevos prototipos de guapos, que han recuperado la provocación, y la ofensa como método estridente de exhibir el mando.
Los malos modos que hoy se exponen en la vida pública, pretenden ser señales categóricas de autoridad y valor.
Son remedos culturales de la bravura de antaño, cuando en la vida marginal suburbana todo se definía por sometimiento y entrevero.
El mundo fantasmal de Borges retorno con evocación en tiempo presente, ate situaciones donde priman los alardes y desafíos públicos que están rodeados de la adhesión y fervor de "tantos otros" que suman multitudes de seguidores deslumbrados por esos equívocos actos de valor.
En medio de escenas anacrónicas, hoy como siempre, los gestores de la provocación y el conflicto, están avanzando, tramo a tramo, a través de su propio devenir en la construcción de una realidad tempestuosa y dramática para el futuro.
(El autor es Productor Agropecuario)

UNA APUESTA EN EL BAJO BELGRANO

Es el título del libro de El Guión Ediciones que contiene dieciséis cuentos que transcurren entre la "belle époque", pasa por la década del cuarenta en nuestro país y llega nuestros días. Todo para demostrar que la condición humana – ferozmente retratada por Pérgola- sigue existiendo más allá de su envoltura de ficciones. Estas "aventuras" no nos dejen otra emoción que el asombro y, además, cierta necesidad de reflexionar sobre ellas.
Federico Pérgola es autor de más de treinta y pico de libros sobre temas de medicina, historia de la medicina, antropología y ensayos históricos. Uno de ellos "Brujos y cuasi médicos en los inicios argentinos", mereció en 1982 la Faja de Honor de la Sociedad de la Sociedad Argentina de Escritores. Como se habrán dado cuenta Pérgola es médico, profesor en la Facultada de Medicina y amigo de nuestros buenos amigos, por esa razón y con su autorización publicamos uno de sus relatos de su libro Una apuesta en el Bajo Belgrano.

LA EXPRAÑA MUERTE DE LELIAULTRASUMISA
Por Federico Pérgola

Me enteré meses después de acaecido el hecho. Poco sabía de ellos desde que habían abandonado la vieja casona de Moñones y Juramento, compelidos por razones sucesorias, y se habían instalado en un pueblo aledaño de la provincia de Buenos Aires. No recuerdo sí Moreno o Ituzaingó. Crucé a Damián en sus calles de antaño y me contó lo ocurrido. Lelia, sí, Lelia Ultrasumisa, a quién yo conocía desde la juventud, había muerto, para mí en forma extraña: ahogada al caer a su pileta de natación.
La recordaba enjuta, tan enjuta que mostraba escasez de atributos femeninos; nerviosa, rápida para caminar y para contestar aunque cuando relataba sus preocupaciones lo hacía en el estilo cansino del noroeste argentino. Nadie la oyó caer ni debatirse en las aguas de la piscina. Damián estaba charlando con una vecina, unas casas más alejadas. Era temprano: como las ocho o las nueve de la mañana.
Cuando esa noche me desperté, como me sucedía casi todas las noches en la mitad del sueño, pensé en Lelia y su triste destino de hija abandonada (en esa época esta circunstancia se resolvía en el orfanato) y de un casamiento redentor que, sin embargo, no había mejorado nada su vida afectiva. Uno de esos casamientos que culminan en uno o dos hijos y transitan por una vida oscura. Nada de grandes aspiraciones ni logros espectaculares: el mate, el asado del domingo, el trabajo fijo, las medidas y consuetudinarias visitas a los parientes cercanos, en fin..., existamos sin comprometernos. Era el eslogan que, según dicen, se ha universalizado en la península de la Florida y en los corredores de Washington: yo, argentino.
Repasé cuidadosamente las palabras de Damián y me surgió una lluvia de hipótesis.
Hipótesis Nº 1: Era relatada por Damián. Por descuido había caído en la pileta llena y se había ahogado (me constaba que no sabía nadar). Me sonaba difícil que una persona adulta que temía tanto al agua (también me constaba), hubiera cometido un acto pueril, propio de los niños que no temen o ignoran las consecuencias.
Hipótesis Nº 2: Relacionado con el cuento del esposo recordé que muchas veces éste se había quejado de su adición a la bebida. Era muy temprano para beber pero cuántos adictos se desayunan con alcohol. Pienso que por pudor, Damián puede haberme ocultado este hecho pero, por otra parte, ¿no sería esa la causa de su alejamiento y su charla con la vecina?
Hipótesis Nº 3: Lelia, furiosa porque Damián se había encontrado con la vecina quiso hacerle cargar con la culpa de su muerte. Me costaba pensar en celos en un matrimonio de cuarenta años de formalismos con una Lelia que siempre había sido consciente de su falta de atributos físicos. Nunca escuché una amenaza de tomar tal actitud.
Hipótesis Nº 4: Aquí me introduje en los tortuosos terrenos de la criminología: Damián quería deshacerse de Lelia, por la que no sentía ni atracción ni amor. La vecina entraba en el juego. Cuando la observó cerca de la pileta –ahora recuerdo que dijo que había ido a cortar unas ramas y se había quedado con la tijera de podar en sus manos- la empujó. O bien pudo haberle facilitado el alcohol para hacer más fácil la tarea.
Las cuatro hipótesis rondaba en mi cabeza y no podía conciliar el sueño. Tenía un quinta hipótesis: Lelia Ultrasumisa no había muerto. Abandonó a Damián por su indolencia y falta de cariño y se fue a su noroeste nativo. Damián no quería hacer conocer su fracaso.
Entonces me dormí.

DE UNA RECIENTE POLEMICA
Aquellas ganas de llorar de VARGAS LLOSAS
Por Jaime Richart

Al neoliberal más disfrazado de erudito, Vargas Llosa, el periódico presuntamente más progresista y de mayor tirada español le presta su tribuna una vez más. Tiempo atrás (cuando surgió aquel problema con el Islam y unos dibujitos gráficos) el neoliberal escritor terminaba su nota El derecho a la irreverencia, un alegato a favor de las caricaturas danesas, de este modo: 'Cuando uno piensa en aquella izquierda que luchó por la libertad de expresión que está cuestionada por el fanatismo y la compara con la de nuestros días, dan ganas de llorar'. Lo que a otros nos dan ganas de llorar es, ver impresos en un periódico que se supone no pertenece a los neocons, enfoques graves para cualquier sociedad multicultural y puntos de vista de alguien que ha conseguido renombre gracias a su pluma en tiempos de tan bajo nivel de exigencia en materia literaria. Aun así, tener arte narrativo no equivale a tener "razón suficiente", uno de los tres principios de la lógica formal; y menos, en la temática sociopolítica sobre la que todos tenemos criterio.Lo que dan ganas de llorar es, que prevalezca en letra impresa el juicio de tantos obtusos sobre situaciones gravísimas que amenazan la paz del mundo o que ya la han violado. Y también la de quienes, en cuestiones medioambientales que le amenazan tanto o más, se posicionan al lado de los dirigentes que defienden la libertad extrema del mercado a cambio de ir restringiendo paulatina y férreamente la libertad a secas de los ciudadanos de segunda, y en la misma medida que la extienden para permitir violaciones a la Naturaleza.Lo que dan ganas de llorar es, que intelectuales de derecha -una contradicción en sus propios términos- tengan tantas ocasiones de hacer públicas sus ideas porque "escriben bien", cuando para nosotros no son intelectuales, sino simples escribidores de fantasía. Cuando sus ideas son asociales en la medida que sólo piensan unidireccionalmente, endogámicamente, clasistamente y racialmente, aunque si se les preguntase probablemente lo desmentirían basándose en sofismas. Lo que dan ganas de llorar es, ver tan cercanos al Poder o confundidos con el Poder a literatos que se ha hecho a sí mismos la ablación de uno de los dos hemisferios cerebrales, precisamente el que alberga la conciencia social, la conciencia ecuménica, la conciencia de... 'lo universal'. Lo que dan ganas de llorar es, presenciar el protagonismo en tiempos tan delicados como los que vivimos de gentes con tan poca sensibilidad o con su sensibilidad puesta sólo al servicio de su envoltura cultural, de sus genes, de su hacienda, de sus intereses materiales y editoriales, y de su profesa falta de objetividad; de su desmedido amor, en fin, por 'lo suyo', con desprecio o menosprecio de todo lo que no lo es.Lo que dan ganas de llorar es, ver que ésos, viviendo a sus anchas entre nosotros, puedan manifestarse a diario con su miserable filosofía de la vida colectiva y se les dé tanta cancha para hacerlo; siendo, como son, la personificación de lo que la sociedad no opulenta más odia y desprecia: la prepotencia, la arrogancia, el elitismo y la necedad. ( Desde Madrid – 2006)

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