mayo 19, 2009

BENEDETTI - POR JUAN BAZAN

Los poetas, más los de la intensidad de Mario, jamás nos dejan.
No estaremos solos mientras nos queden aquellas palabras, las de "su magia" personal, que hilvanaron pacientemente en horas de entresueños o de vislumbrares remotos. Lo que nos dejan es lo que importa.
Lo que recordaremos y atesoraremos en los momentos en que nuestra existencialidad necesite de ellas... las palabras que el poeta encuentra como en esos momentos en que uno pudiera encontrarse con un escarabajo de oro descansando suavemente en la hierba o una leve mariposa susurrandonos sus secretos.
Por eso pensamos, egoistamente, que su presencia física ahora es lo de menos. Hacia alli vamos todos... Muchos al olvido, Benedetti, a la resurrección porque su vida ahora se ha convertido en su poesía.



JOAN MANUEL SERRAT lo expresó de esta manera, hace unos momentos: "Aparte discusiones estéticas y reparos de colegas excesivamente circunspectos, nadie podrá negar a Benedetti su ejemplar compromiso con la libertad y la justicia social. Fue víctima de la dictadura militar
que se apoderó de su país en los años 70 y debió desterrarse durante dos lustros. Caídos los militares, emprendió el "desexilio" y escribió ampliamente sobre la sensación de quienes regresan a una patria asustada y vejada. Las heridas de Uruguay nunca llegaron a sanar en Benedetti, caballero de triste figura a pesar de que, como reclama uno de sus poemas, defendió siempre la alegría"...
(lo dijo hace unos momentos a un colega de eltiempo.com).



Por eso recordamos, con alegria, aquellos versos (que canto Joan Manuel) mientras su musica sube desde lo incognito y nos atrapa en el tiempo y el espacio que imaginamos eterno.



¿Recuerdan estas lineas?

Defender la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría...



Defender la alegría, es uno de los poemas de Mario Benedetti que, entreotros, cantó Joan Manuel Serrat.

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