TRABAJOS
De Juan José Saer
Es el último libro de Saer que, a diferencia de La grande , su novela póstuma e inconclusa publicada el año último, el autor dejó terminado pocos meses antes de su muerte. En este texto sobre ese libro, Silvia Saiita nos dice y nos recuerda:
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"Anticipándose quizás a esa muerte, Saer decidió poner sus papeles en orden. Y lo hizo, según cuenta en el prólogo fechado el 12 de enero de 2005, compilando y reordenando textos preparados para conferencias, prólogos de libros ajenos y artículos que habían sido ya publicados en varios medios periodísticos ( Folha de São Paulo , El País , Le Monde y LA NACION). Paradójicamente y contradiciendo el lugar común sobre los vínculos entre libertad creativa y medios masivos de comunicación, Saer considera esos trabajos nacidos por encargo el ámbito donde pudo expresarse "con entera libertad" sobre el arte, la política y la cultura.
El libro se abre con una furiosa advertencia sobre los efectos del posmodernismo en el arte y la literatura, en un artículo que anuncia algunos de los ejes centrales sobre los cuales el escritor argentino reflexiona a lo largo de todo el volumen: las relaciones entre mercado y vanguardia, entre narración y experimentación, entre política y literatura.
En ese primer "trabajo", Saer sostiene que el posmodernismo, ligado a la ideología oficial de los ultraliberales, coincide con el estalinismo, el capitalismo y el nazismo en su condena de las vanguardias, en su pretensión de encarnar el gusto de una mayoría y de abolir las búsquedas formales y la libertad estética, filosófica y política.
En el resto de los artículos reivindica, precisamente, aquella literatura que hizo de la experimentación formal y del cuestionamiento a las reglas del arte sus rasgos definitorios: desde el Nouveau Roman hasta Kafka y Borges, pasando por Guimarães Rosa, Felisberto Hernández, Juan L. Ortiz y Juan Carlos Onetti, entre muchos otros.
Saer avanza en su lectura sobre el gran corpus de la literatura universal deteniéndose en los momentos de ruptura o de transgresión a las normas estéticas dominantes, porque considera que los momentos más fecundos de la cultura "son aquellos en los que, separándose de la fatalidad biológica o de una tradición demasiado rígida que a veces se pretende tan inexorable como esa fatalidad, ciertos grupos o individuos reivindican una filiación novedosa". Sin embargo, y al mismo tiempo, inscribe los textos leídos en la gran tradición literaria para analizar las reescrituras de los mitos fundantes de la cultural occidental. "El mito y la tragedia -dice Saer- no son diagramas abstractos o letra muerta, sino palabras vivas que hablan eternamente de cada uno de nosotros."
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En efecto, así como reescribió en su propia ficción episodios fundamentales de la épica grecolatina, la Biblia y la tragedia (basta mencionar su excepcional novela El limonero real, que recrea acontecimientos y peripecias de la Odisea , el Génesis y Edipo Rey ), en estos artículos indaga las reescrituras modernas de los mitos antiguos, reflexiona sobre los vínculos entre intelectuales y poder político a partir de Aristóteles y lee, en las ficciones ajenas, la permanencia de ciertos mitos que universalizan los temas locales convirtiendo en universal a cualquier literatura nacional. Como ha venido sucediendo desde hace ya veinte años, en la tapa de Trabajos se reproduce una pintura de Juan Pablo Renzi (1940-1992), una elección de autor que convierte los libros de Saer en un caso único en la historia de la literatura argentina. Esa decisión anticipa -aun antes de leer esa primera página- que el programa estético del escritor es, como el de Renzi, el de un vanguardista, por momentos solitario, preocupado por los avatares de la vanguardia en el siglo XX. Que estas pinturas sean la puerta de entrada a las novelas, los relatos y los ensayos de Saer no hace sino ratificar la vigencia de la alianza estratégica entre artes plásticas y literatura que caracterizó a las vanguardias históricas desde sus comienzos".
© SILVIA SAITTA.
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