como reacción frente a la decisión del gobernador
Dardo Rocha de enviarlo a una gira por Europa y Australia.
Tan halagadora se suponía esta misión que el decreto fue promulgado sin consultar al favorecido, quien al conocerlo por los diarios se presentó en el acto al despacho del gobierno rehusando tal honor. El gobernador insistió argumentando que "se necesitaba un libro que enseñara a formar las nuevas estancias y fomentar las existencias". Pero la actitud de Hernández fue inflexible y señaló que para lo que se quería lograr era inútil el gasto de tal comisión, porque las formas y prácticas europeas no eran aplicables todavía a nuestro país. Y él en pocos días, sin salir de su casa, ni gravar el erario, escribiría el libro que se necesitaba.
De ello, resultó la "Instrucción del estanciero" (tratado completo para la planteación y manejo de un establecimiento de campo destinado a la cría de ganado vacuno, lanar y caballar).
No obstante, el viaje se hizo. La conducción la tuvo el doctor Ricardo Newton y como secretario lo acompañó Juan Llerena. El informe se imprimió en 5000 ejemplares de 10 tomos. Rafael Hernández dice que "los gastos fueron fastuosos y puntualmente pagados"… "mas, el resultado, previsto por Hernández, está lejos de competir con el de su libro criollo".
El hermano del autor, hace un serio cargo al gobernador, al afirmar que "si el doctor Rocha, en vez de esforzarse por alejar a Hernández de su patria, enviándolo primero a Europa y después a Salta, donde adquirió los gérmenes de su enfermedad mortal, se hubiera apoyado en su prestigio incontrastable en la provincia, otra hubiera sido la situación actual".
Ese afán por alejar a "Martín Fierro" del escenario provincial, se explica porque era un senador incisivo y molesto para un gobernador con serias aspiraciones presidenciales; silenciar y alejar a un adversario de prestigio podía allanar el camino para satisfacer sus aspiraciones. No obstante, gracias a esa intentona, se obtuvo un libro que en su momento prestó utilidad y que ahora constituye una fuente para el análisis de hábitos y costumbres de la época.
La importancia de las "instrucciones"
No se puede desconocer el conocimiento que tenía Hernández sobre cuestiones agropecuarias argentinas, pues eran temas que había "mamado" desde la infancia y siempre había seguido analizando y estudiando con interés. Su libro no es una improvisación, pese al poco tiempo que demandó su redacción. Es el primer trabajo que evalúa en detalle las características de nuestra producción ganadera de la época desde los pastos, la crianza y el manejo de los rodeos.
Pese a ello, no nos puede sorprender el silencio con que los porteños rodearon a el libro "Instrucción para el estanciero", impreso por Casavalle en octubre de 1881, porque a Hernández no se le perdonaba el "Martín Fierro". No obstante ese clima que primaba en Buenos Aires, el Presidente Roca supo distinguirlo al designarlo miembro de la Comisión Provincias de la Exposición Continental que presidía Julio Victorica, y cuando éste renuncia Hernández asume como presidente.
A fines de 1881 y principios de 1882 se producen tres hechos que tienen cierta significación frente al tema: el 17 de diciembre el diario "La Provincia" cuyo título ya es una definición, publica un comentario de Subieta sobre "Instrucción del Estanciero", y el 7 de enero de 1882 Hernández reemplaza a Victorica en la presidencia de la Comisión. El 14 de enero, el mismo diario reproduce carta del Presidente Roca, en la que agradece el envío del libro. Además, en ese medio Bernabé Demaría publica en cuatro cartas un merecido elogio al aporte que significa.
Un enfoque de Hernández
El 2 de marzo de 1886, el Senado de la provincia comienza a tratar un proyecto de ley para la protección de la industria ganadera. Hernández, el 2 de noviembre de 1886 se dirige al Presidente del Senado y le anuncia que "el mal estado de mi salud no me permite tomar en este debate la participación que desearía y que merece la importancia del asunto" y pregunta "¿cuál es el peligro que amenaza, no sólo a la provincia de Buenos Aires, que no es el único productor de carne? ¿Cuál es el peligro que amenaza a toda la región productora? Encontrarnos con treinta o cuarenta millones de vacas, sin tener más mercado consumidor que el Brasil y las Antillas, porque lo que consume España, es tan poco que no vale la pena tomarlo en consideración.
Hay que salir al frente de una situación que tiene que venir forzosamente dentro de uno o dos años. ¿Cómo se hace? Buscando otros medios de salida para las carnes, y acota que "no puede, pues, decirse que la industria no requiere la protección de los gobiernos, su ayuda. Lo requiere lo mismo la industria ganadera y la agrícola".
Es que Hernández enfoca el tema ganadero en forma integral sustentado en el conocimiento vivencial que tiene sobre el tema, y con una visión clara sobre la importancia que tenían los mercados, tal como lo demuestra esa carta.
Conceptos sobre el libro
Lo real y concreto, es que estamos frente a un trabajo importante en el que trata todos los temas referidos a la ganadería de la época. Es un libro de más de 400 páginas. Afirma que "ni el ganado vacuno ni el lanar, base de la riqueza pecuaria, se multiplica en esta provincia con la rapidez con que debería multiplicarse, porque las epidemias, las inundaciones y otras causales parciales de destrucción, están constantemente minando el número total de los ganados". Recuerda que "no hace muchos años que las inundaciones en el sud causaron la destrucción de cientos de miles de ovejas y hace apenas un año que un temporal frío de tres días mató en la provincia, tal vez más de 800 mil cabezas de ganado vacuno". Lo menos que se puede decir es que estas cifras espantan.
Entre los temas que trata en detalle están los pastos, y advierte que "no es posible ocuparse de lo relativo a la estancia, sin hacer previamente algunas observaciones respecto a la calidad de los pastos", y señala que "debemos confesar, que sea por falta de previsión, por desconocer la importancia del asunto, o por cualquier otra causa, la verdad es que la primera provincia ganadera del Río de la Plata, como es Buenos Aires, el pedazo de suelo más fértil que existe hoy en el mundo entre todos los que cultivan la industria pastoril, no tiene hasta el presente el más pequeño estudio oficial sobre la calidad y naturaleza de sus pastos".
Considera que hacer ese trabajo "daría por resultado dentro de poco tiempo, que todos los campos de la provincia se encontraran dotados exclusivamente de los mejores pastos, extirpados los malos, los inútiles, los de poco provecho, que ocupan hasta hoy una inmensa extensión de nuestro territorio". Trata después la "división de los pastos", y nos habla de los "pastos tiernos", que "son muy nutritivos y preferidos por toda especie de ganado".
También se refiere a los "pastos fuertes que se encuentran hoy casi exclusivamente en los campos nuevos, fuera de la antigua líneas de frontera", los "pastos puna" que son "una clase de pastos que carecen completamente de calidades nutritivas, son secos y sin jugo"; los "pastos malos" que son los que se deben perseguir "con constancia hasta extinguirlos". El tema es analizado en detalle con consejos sobre lo que debe hacerse en cada caso.
Enfoque similar tiene para referirse a la selección de los toros, porque "debe tenerse un cuidado esmerado en la elección de los animales que han de dejarse para padres, a fin de mejorar por ese medio la calidad del ganado".
Deja para otra ocasión ocuparse de la mejora que puede obtenerse por la introducción de nuevas razas, y se limita al ganado criollo del que dice que "el toro elegido para reproductor debe ser corpulento, sano y bien desarrollado, derecho de manos, cuerno pequeño y, en general de una linda presencia. El pelo fino y lustroso indica buena salud".
***
Hernández analiza y señala los aspectos positivos que se deben perfeccionar y los negativos que hay que desterrar; para la época fue un aporte importante pese al silencio con que intentaron rodear un esfuerzo que merecía otra recepción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario