agosto 25, 2007

OPINIONES DE AURELIO CALVIGIONI


Sobre la autenticidad creadora de Alberto Breccia

Aurelio Calvigioni se encargaba de pasar a tinta china los bocetos de Breccia, hoy se refiere a este hacedor de literatura de imágenes, en estos terminos: “Alberto Breccia fue el creador más grande de historieta que tuvo Latinoamérica”. Para quienes no recuerden, aparte de El Eternauta Breccia ilustro impecablemente el libro “El nombre de la Rosa” de Humberto Ecco e “Informe sobre ciegos” de Ernesto Sabatto.
En conversación con Alejandra Márquez, el veteranoAurelio Calvigioni, dijo: Alberto Breccia fue el padre de la historieta –esa otra forma de lieteratura popular- de la aventura en nuestro país.En su pequeño estudio de Colón, donde se dedica a los dibujos animados computarizados, Aurelio Calvigioni a los 75 años, recuerda sus inicios en el arte gráfico: “ trabaje con Alberto Breccia, en el estudio que tenía en la calle Camarones del barrio de La Paternal en la Capital Federal, yo tenía 16 años y me encargaba de pasar a tinta china los bocetos del maestro, una persona única en cuanto a su calidad personal como artística”.
El colonense agregó “en el estudio trabajábamos dos personas, y una vez que realizábamos nuestro trabajo sobre los bocetos de la historieta Vito Nervio, se llevaban a Editorial Quinterno para que sean pasados a la revista Patoruzito”.Acota “ Breccia fue un creador impresionante y la historieta a partir de su presencia tuvo una bisagra, en el estudio de La Paternal pude disfrutar de su “mano” única, era un elegido”.
Sobre Héctor Oesterheld creador de El Eternauta, Calvigioni recuerda: “el era el encargado de realizar los guiones para los dibujos, en este caso en particular al personaje de Breccia bautizado como Vito Nervio, un dibujo que pasó con fuerza por varias generaciones de lectores”.
Le preguntamos como era la relación entre Breccia y Oesteheld “muy buena se entendían a la perfección, se que años después siguieron juntos y traspasaron el genero al politizar el comic con El Eternauta entre otros”.
El colonense argumenta “estuve dos años trabajando con el maestro uruguayo, nuestra paga era aprender con las lecciones que nos daba y es una etapa de mi vida que no voy a olvidar, por lo que me trasmitió y que me sirve diariamente para mi pasatiempo actual que es el dibujo computarizado, o antes, cuando tenía la fotografía como entretenimiento. Nos dijo que estuvo con Pedro Raotta y aclaró “ es por eso que trabajando en el campo me puse mi propio laboratorio, yo estaba como encargado en un importante explotación agroganadera y el llegaba por amistad con el propietario, incluso estuvo en Colón” agrega “lo acompañaba a sacar fotos y me explicó la técnica, el montaba las fotografías que sacaba en distintos sitios, recuerdo una de ellas que obtuvo muchos premios y donde se observaba un caballo que sacó en esta zona y lo montó sobre la costa del mar.. creo que en Villa Gesell”.
La otra pasión -también recuerda-, fue... “cuando dejé de trabajar con Breccia, podía realizar retratos de personas en forma instantánea e incluso me quisieron contratar de varias empresas importantes, entre ellas un circo muy importante, pero me vine a trabajar al campo otra pasión que tenía desde muy chico, además cuando me jubile comencé a trabajar nuevamente en la gráfica con programas de computación, experimentando sobre distintos tipos de dibujos animados, en el presente es mi pasatiempo favorito, además de atender la parte de Internet de Colón Doce, aunque parezca mentira me levanto a las cinco de la mañana y me pongo a trabajar en mi pequeño estudio, eso me hace sentir muy bien.”.

Publicado originalmentepor Alejandra Márquez para MundoNiamh-Comics – Gentileza para Letras desde Caballito.

ELLOS FUERON...
Tanto Breccia como Oestherheld fueron “trabajadores” en la cultura popular de la Argentina allá por la década de lo ’50. Ambos se destacaron por haber creado una visión levemente diferente – en esos momentos- de lo que podría llamarse una literatura iniciatica. Niños aún, muchos habitantes de esa generación, nos iniciaríamos en las letras a través de estos modos más simples de lectura. La palabra y la imágen.
Estos autores supieron adelantarse a los mandatos de “la industria” y darnos “algo más” para nuestra formación.
Fueron públicamente reconocidos. A Breccia lo conocí durante el II Salón del Humor y la Historieta de Córdoba. En aquellas jornadas organizadas por Alberto Cognigni a Breccia se lo distinguía con el apelativo de “Maestro”.
Posteriormente casi lo vuelvo a ver por invitación de Robi Moran, en ese momento dibujante en La Razón, pero al enterarme de cómo trabajaba y de la dolencia que sufría desistí.
El creador Alberto Breccia, falleció en l993, cuando estaba preparando dibujos sobre cuentos de Jorge Luis Borges, “El hombre de la esquina rosada” “Sur” y “El muerto” y que iban a ser expuestos en París.
Fue uno de los maestros que más discípulos tuvo. Creó personajes como Vito Nervio y Pancho López. También trabajo con Oesterheld en las revistas Hora Cero y Frontera donde le dieron un toque de politización a la historieta.También hubo una versión de El Eternauta donde ambos trabajaron juntos. Además ilustró –como se dice más arriba- el libro “El nombre de la Rosa” de Humberto Ecco e “Informe sobre ciegos” de Ernesto Sabatto.
El creador de El Eternauta, Héctor Oestherheld fue secuestrado por la dictadura militar el 26 de julio de l976. Tal vez el mayor pecado cometido era haber politizado la historieta trasponiendo su género. Hoy acceder a un comic como Vito Nervio, El Eternauta, o revistas como Hora Cero o Frontera, nos lleva a un lugar donde las artes plásticas y el comic se unieron por la libertad y la esperanza de un pueblo
Ambos autores –diría- fueron capaces de impregnar de sentido un arte popular de gran consumo dándole algo más. Crearon unas formas de literatura de iniciación donde todos pudimos encontrarnos con la palabra y la imagen y desarrollarlas como un modo de vida o una pasión.

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