RECIENTEMENTE, en Rosario, Susana Rozas hizo su presentación del libro "Laberinto de ficciones". "El génesis de esta crónica se potencia con el reencuentro con amigos que vienen a presenciar esta historia". Dice Raúl Astorga, autor de este texto y que también estuvo en la citada "presentación", acompañando a nuestra amiga Susana. Recomendamos leer esta "crónica" con atención... hay más de un laberinto detrás de la citada intención de rescate de Manuel Puig.
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Inmersos en un laberinto puigiano
Fin de semana largo. Ingresar naturalmente por la peatonal Córdoba, hacia un mundo lleno de turistas que sacan fotitos por doquier, no impide recordar que Rosario no era así años atrás, y que las cosas no estaban tan caras en el centro como ahora y preguntarse si en todas las ciudades turísticas pasa eso es en vano, porque contamos con la suerte de que vamos a otro mundo, a un mundo donde Gardel cantará a las rubias de New York, y le sucederán temas que tienen estrecha relación con las novelas de Manuel Puig. Salimos del mundo turístico y nos metemos en Buchín Libros para formar parte del mundo Puig-Rozas.
Es que Susana Rozas hace su presentación rosarina del libro que ha escrito en co-autoría con Ana María Serra, "Laberinto de ficciones". El génesis de esta crónica se potencia con el reencuentro con amigos que vienen a presenciar esta historia.
Se apagan las luces, como en el cine, o como en el teatro, y es Susana, en penumbras que explica de qué se trata este encuentro, y muestra fotos y las pasa para que el público las pueda palpar. Las fotos son de Cuernavaca, de la clínica donde falleció Manuel Puig, hoy Centro Cultural.
Susana hace referencia a su reciente viaje a México y confirma el hermanamiento entre ciudades como Cuernavaca y General Villegas. Luego Leandro, abre pantalla, no hay Puig sin cine, y mientras comenta las relaciones entre la literatura puigiana y "Gilda", fragmento que muestra con interés y eficacia didáctica que provoca el interés del público que murmura entusiasta, sobre todo cuando aparece Glenn Ford, y la escena de la cachetada, la más famosa dela historia del cine quizá. Luego, una secuencia de "El lugar sin límites", de Arturo Ripstein, y la aclaración de que tiene guión de Puig aunque no conste en los créditos. Flota la sensación de seguir el filme hasta el final. Leandro vira hacia la televisión, y explica y muestra un inolvidable bloque del programa "A Fondo",de 1976, donde Puig hace referencia a su época de estudiante y colaborador de cine. Habla del neorrealismo italiano, de "El beso de la mujer araña". Más ganas de que esto dure más. Leandro da una vuelta de tuerca y aparece con "Boquitas pintadas", de Leopoldo Torre Nilson, donde Puig colaboró en el guión, aunque, invariablemente, no le gustó el resultado de la película.
Aplausos de aprobación para el segmento cine del encuentro. Se encienden las luces y aparecen en una mesa, al frente, Susana y Clara Rebotaro, escritora. poeta, según ella contemporánea de Puig, revive su joven época en que iba al cine y le gustaban las películas románticas y le interesaban, dice, las mismas divas que le interesaban a Puig.
Habla de Susana, de los libros que Susana lee antes de dormirse por las noches, de la pasión de Susana por la lectura y por la escritura. Se refiere al trabajo con Puig, a cómo se logró el libro, y refleja la fascinación de Puig por el cine y sus actrices. Clara exhibe un glosario de términos que, según su apreciación, se utilizaban en otras épocas, y dispara: qué plato; fato; de película; masacote; calma chicha. Toda una terminología utilizada por Manuel Puig en sus cartas.
Cierra contando que Puig despedía sus cartas pidiendo fervorosamente dulce de leche y la revista Radiolandia. Luego Susana, que anduvo repartiendo lápices labiales como souvenir, saca a relucir un listado de comparaciones, puigianas, entre escritores y actrices internacionales de cine. Susana habla brevemente del contenido del libro que presenta y luego se abre a las preguntas de este cronista que le permitirá confesar por qué algún atraso en la presentación y cómo fue el proceso de escritura del mismo, a través del correo electrónico, el intercambio de opiniones, de puntos de vista, algo que cree fue difícil y una experiencia inédita en su forma de trabajar.
Susana finaliza respondiendo qué lugar ocupa Manuel Puig hoy en la literatura latinoamericana y los aplausos aprueban la totalidad del encuentro y su invitación a brindar con licores.
Se encienden todas las luces y uno sale a la calle Entre Ríos y camina hacia la peatonal Córdoba sabiendo que todo está bien, que, más allá del turismo asfixiante, haber estado en esa función, concisa y precisa, de literatura, cine y presentación de ensayo, existe la sensación de libertad para elegir. Para elegir un instante donde el glamour no es verdadero, nunca lo es, pero uno se deja mentir de vez en cuando para cargarse las pilas.
© Raúl Astorga
Rosario, Santa Fe.
Periodista y escritor. Colaborador de programas culturales de radio,
autor de cuentos, novelas y guiones.