El maestro Borges decía: "Mi amigo Xul Solar daba un consejo para Año Nuevo. Decía que lo que uno hiciera esa noche era lo que después iba a hacer durante todo el año. Yo he aceptado ese consejo; así que seguramente esa noche escriba algún poema o lea unos versos para que se cumpla el presagio." (1982 – Diccionario – C.R. Stortini).
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Y vamos por otro año más… ¿Quién habrá inventado esta correlación numérica que sólo sirve para ordenar estadísticas?
Porque nadie sabe para qué sirve cambiar de año.
¿Alguien lo sabe?
Sabemos que no podemos penetrar el mañana, que nuestra capacidad para adentrarnos en el tiempo es de escasos tres segundos, así que mucho menos vamos a intentar saber cómo nos ira este año. Cualquier esperanza, en este sentido, es sólo suposición (una hermanita tonta de la deducción).
Pero de todas formas, como dije, vamos por otro año. Sin desearle ninguna falsa esperanza a nadie. Expresando un deseo: Qué este sea un buen año y la suerte nos acompañe. A todos, se entiende, porque esta (la esquiva) no alcanza a todos y seguramente a algunos simplemente nos sucederá lo que nos tenga que suceder.
Volvemos al blog algo escépticos… Convencidos, eso sí, de que ha sido una buena experiencia y que algo ha faltado.
Porque se cometieron errores de comprensión.
Uno de ellos, por ejemplo, es no haber entendido bien la naturaleza del medio.
(Suena a una disculpa pero para muchos la naturaleza del ciberespacio es un interrogante).
Ahora entiendo que un medio como este –la comunicación electrónica con lo desconocido- puede y debe ser un iterrogante. Por esa razón es, también, una posibilidad comunicacional importante.
Ahora entiendo que en un blog se debe hablar de uno mismo… Especialmente desde UNO MISMO.
Creo que es lo único que puede marcar la diferencia o la diversidad de puntos de vista que nos han de enriquecer en aquello que perseguimos: aprender algo más, conocernos algo más, estar más cerca de las sintonías importantes del universo de las ideas.
Además:
Qué sólo se debe hablar de los otros –en relación a uno mismo-, sólo porque estos tienen algo que decir y aquello que dicen o dijeron nos impresiona ("impresiona" en el sentido de llamarnos la atención)…
Qué se debe buscar la posibilidad de un diálogo amplio y que en lo posible deje de tener un solo sentido (de uno hacía los demás y no de los demás hacía uno)…
(El blog recibió una cantidad impensada de visitas anónimas. Hubo pocos mensajes sobre los temas publicados –especialmente para los que salieron de las ideas de los amigos- y nada de ida y vuelta. Es decir: nada de lo publicado pareció afectar a nadie. Nada de lo enviado a nuestro correo fue para decir algo sobre algo de lo planteado en el blog).
Por estas mínimas razones intentaremos algo diferente. Claro, si la suerte nos acompaña, y podemos darle nueva forma a estas ideas.
Vamos a comenzar algo tarde (hoy comienza el mes de febrero) pero las fuerzas recién retornan para estas fechas. Estamos pensando, como muchos de ustedes, que el mundo podrá ser seguramente un buen lugar. Pero que hoy es un mundo enfermo. Enfermo de ambición, de omnipotencia, de descuido, de ignorancia, de violencia, de pobreza, de valores morales, de ética y de algún sentido de lo que es bueno o malo dentro de la relatividad de estos dos conceptos, y de muchos otros males.
Qué no sólo es cuestión de los otros ocuparse de las cosas, sino que las cosas de no van, también son nuestra responsabilidad y que mínimamente debemos intentar hacer algo con ellas. Unos pocos no nos pueden imponer el caos si es que nosotros nos oponemos a ello de la forma adecuada. ¿Es o nos es? No olvidar lo que dicen que decía el sabio Confucio: "No trates de matar un mosquito con un cañón".
No lo olvidemos. Recordemos que siempre hay alguna opción posible. Qué siempre hay tiempo para algo más y que lo importante es no dejar que las cosas que no nos sirve y que nos perjudique se instalen para siempre.
Dejar que todo eso nos siga contaminando es una gran irresponsabilidad de nuestra parte. ¿Intentamos pensarlo?
Bueno… Hasta la próxima entrada.
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ANAQUELES: DE PUÑO Y LETRA DE ADOLFO BIOY CASARES
Quizás sea oportuno, durante lo que queda de este verano encarar –si es de su agrado- la lectura de este inmenso diario de Bioy Casares sobre su amigo y maestro Jorge Luis Borges. La lectura de este texto es toda una expedición. En este libro el "gran amigo" del autor de El Aleph escribió datos recolectados a lo largo de más de cuarenta años. A mediados del año pasado, Ediciones Destino, publicó este volumen de 1600 páginas, en las frases siguientes –tomadas al azar- se retratan los últimos momentos en la vida del genial Borges. Las "entradas" reproducidas fueron autorizadas (como muestra) por el editor del texto Daniel Martino. Sirven como una invitación a la lectura de uno de los laberintos literarios más complejos y misteriosos de los últimos tiempos.
1986: Viernes, 14 de febrero. (Dice Bioy Casares), Ferrari me dice que está preocupado por la falta absoluta de noticias de Borges. Dice que Fanny también está preocupada. Al rato me confiesa que Fanny le contó que según el nuevo médico Borges está en una clínica, probablemente en Ginebra. El nuevo médico, no sin reticencias, finalmente lo había autorizado a viajar, previniéndole: "El frío de Europa no es nada bueno para usted". Borges me dijo: "No estoy nada bien. No sé cómo me irá. Tanto da morir en una parte o en otra". A Fanny le habría dicho: "Ojalá que en este viaje me muera". (Sin embargo, últimamente Borges recordaba el proverbio chino que dice: "No hay hombre tan joven que no pueda morir mañana, ni hombre tan viejo que no pueda vivir un año". ¿No es que desea morir? Pienso que proclama eso porque es más fácil expresar el deseo de morir que el deseo de seguir viviendo. Además, el que desea la muerte es un filósofo valiente y al que desea seguir viviendo es un mentecato ofuscado y ególatra.) Fanny tiene la intención de hablar con el médico y averiguar el nombre y la dirección de la clínica.
Lunes, 17 de febrero. Ferrari me dice: "Hay noticias de Borges". Mejoró mucho su salud. Aprovechando la mejoría se irán a la India (donde la embajada argentina abre sus oficinas de noche, porque de día el calor es excesivo). Ferrari está considerando la idea de ir a Europa a acompañarlo. Me parece bien, aunque por momentos temo que Borges vea como grotesca la llegada de este redentor.
Jueves, 1 de mayo. Noticias contradictorias sobre Borges. Dudas sobre si se casó. Alifano, Roy Bartholomew, María Esther Vázquez llaman preguntando por él.
Sábado, 3 de mayo. Me contó Alifano que una vez alguien mencionó a Battistessa, y Borges reflexivamente murmuró: "Angel J. Battistessa, que se escuda tras del seudónimo de Angel J. Battistessa", para concluir, después de una pausa: "La puta que lo parió".
Lunes, 12 de mayo. Hoy hablé con Borges, que está en Ginebra. A eso de las nueve, cuando íbamos a tomar el desayuno, llamó el teléfono. Silvina atendió. Pronto comprendí que hablaba con María Kodama. Silvina le preguntó cuándo volvían; María no contestó a Kodama. Silvina le preguntó cuándo volvían; María no contestó a esa pregunta. Silvina habló también con Borges y volvió a preguntar: "¿Cuándo vuelven?". Me dio el teléfono y hablé con María. Le comuniqué noticias de poca importancia sobre derechos de autor (una cortesía, para no hablar de temas patéticos). Me dijo que Borges no estaba muy bien, que oía mal y que le hablara en voz alta. Apareció la voz de Borges y le pregunté cómo estaba. "Regular, nomás", respondió. "Estoy deseando verte", le dije. Con una voz extraña, me contestó: "No voy a volver nunca más". La comunicación se cortó. Silvina me dijo: "Estaba llorando". Creo que sí. Creo que llamó para despedirse.
Sábado, 14 de junio. En la Confitería del Molino me encontré con mi hijo Fabián, al que regalé Un experimento con el tiempo, de Dunne, comprado en el quiosco de Callao y Rivadavia (después de cavilar tanto sobre este encuentro, dar con ese libro me había parecido un buen augurio). Se lo recomendé y le dije que le iba a dar una lista de libros. Después de almorzar en La Biela, con Francis Korn, decidí ir hasta el quiosco de Ayacucho y Alvear, para ver si tenía Un experimento con el tiempo: quería un ejemplar de reserva. Un individuo joven, con cara de pájaro, que después supe que era el autor de un estudio sobre las Eddas que me mandaron hace meses, (1, pie de página) me saludó y me dijo, como excusándose: "Hoy es un día muy especial". Cuando por segunda vez dijo esa frase le pregunté: "¿Por qué?". "Porque falleció Borges. Esta tarde murió en Ginebra", fueron sus exactas palabras. Seguí mi camino. Pasé por el quiosco. Fui a otro de Callao y Quintana, sintiendo que eran mis primeros pasos en un mundo sin Borges. Que a pesar de verlo tan poco últimamente yo no había perdido la costumbre de pensar: "Tengo que contarle esto. Esto le va a gustar. Esto le va a parecer una estupidez". Pensé: "Nuestra vida transcurre por corredores entre biombos. Estamos cerca unos de otros, pero incomunicados. Cuando Borges me dijo por teléfono desde Ginebra que no iba a volver y se le quebró la voz y cortó, ¿cómo no entendí que estaba pensando en su muerte? Nunca la creemos tan cercana. La verdad es que actuamos como si fuéramos inmortales. Quizá no pueda uno vivir de otra manera. Irse a morir a una ciudad lejana tal vez no sea tan inexplicable. Cuando me he sentido muy enfermo a veces deseé estar solo: como si la enfermedad y la muerte fueran vergonzosas, algo que uno quiere ocultar".
Martes, 17 de junio. Veo una entrevista de Borges con Antonio Carrizo, por televisión. Me parece estar con Borges vivo. Yo, que no creo en otra vida, pienso que si Borges está en otra vida y yo ahora me pongo a escribir sobre él para los diarios, me preguntará: "Tu quoque?". Borges, que no admiraba a Guido y Spano, solía recitar con agrado la estrofa de "Nenia": ¡Por qué, cielos, no morí/ cuando me estrechó triunfante/ entre sus brazos mi amante,/ después de Curupaití!
Domingo, 22 de junio. A veces sospecho que Borges era el autor de cuartetas y frases que atribuía a la tradición oral: al callar la autoría, se mostraba ante sí mismo libre de vanidad y lograba más fácilmente la aceptación de la pieza que proponía: nos resistimos a memorizar los versos del colega o del amigo, pero con gusto recogemos las citas que nos comunica, de otros autores o de la tradición anónima. En los años cuarenta, al llegar, solía repetir estas palabras, especie de saludo, de un actor de radio, o de varieté: "¿Cómo? ¿No me reconoce? Soy el popular Pancho Staffa". (En este caso, creo que la frase y el personaje no son invenciones de Borges; podrían serlo.)
Miércoles, 2 de julio. Busco en la biblioteca un libro cualquiera. Ninguno me parece hospitalario. Tomo por fin un volumen encuadernado, muy viejo: Des tropes ou Des différens sens dans lesquels on peut prendre un même mot dans une même langue, de M. du Marsais (Paris: Imprimerie de Prud-homme, 1811). En la última página descubro una inscripción entre paréntesis, de letra de Borges: "(15 de septiembre de 1939)". Sin duda me dio el librito como regalo de cumpleaños.1. Según Ricardo Ragendorfer "Adolfo Bioy Casares y los que aman, odian". La Primera, número 140 (2002): "En el atardecer del 14 de junio de 1986 los noticieros comenzaron a informar sobre la muerte de Jorge Luis Borges? Poco después llegó Cachi a mi casa; se trataba de un psicólogo algo chiflado, que desde hacía años corregía un ensayo suyo sobre las Eddas. Se lo veía exaltado. Yo, como al pasar, le mencioné con cierta pesadumbre lo de Borges. Y ése era justamente el motivo de su exaltación. -Me lo acabo de cruzar a Bioy Casares y le comenté el asunto -dijo, atragantándose con las letras-. Por la cara que puso, me di cuenta que el pobre no sabía nada. Fui yo el que le dio la noticia".
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